21 de Noviembre 2006
Al fin el pescadito de acrilico tuvo dueño.
Por: Gustavo Diaz.


 La mañana se presentaba prometedora, no había  lugar para un nuevo fracaso.

 A la hora estipulada y sin demora embarcamos, mi intuición me decía que la suerte hoy estaba de nuestro lado. Previo paso por Prefectura nos adentramos sufriendo los infaltables sacudones.

 Héctor determino el lugar y anclamos. No se hizo esperar el pique, solamente a los cinco minutos, terrible arrastrada, posterior cañazo, hubo que trabajarlo un poco, y ahí estaba, se resistía a salir. Una vez arrimado Héctor intenta alzarlo, pero este pez nos tenia reservada una sorpresa. Vimos con estupor como se rompía por el peso el mango del copo y el pescado caía nuevamente al agua. Pero para un guía esto nos es problema,  la experiencia y pericia del mismo hizo que el pescado descansara en el tacho.

 La jornada se completo con múltiples piques, arrastradas y cañazos durante toda la mañana. Ninguno pudo superar el porte del primero; por eso hoy el trofeo de acrílico dejo de quedar vacante.

 

.