Siempre esta la duda del pescador, que sucede con los peces, después de
cambios climáticos significativos que sacuden los lugares de pesca que
frecuentamos. Esto es lo que pensaron después de la sudestada que sacudió al
rió de la plata el 28 de febrero FABIÁN KUZ, PEDRO ARACON y EDUARDO
URIBE.
Mi larga experiencia pescando en la zona no me hace perder la calma, aunque todo
pescador deportivo sabe que la pesca nunca esta asegurada, mas aun el día
después de una sudestada, así y todo le prometí al grupo,
que no se irían de Berisso sin bogas.
Llego la hora del asado en la isla y en la GIANELLAIII había solamente
3 bogas y los muchachos ya estaban resignados que no era el mejor día
de pesca, mientras almorzábamos y charlábamos de todo un poco,
en mi cabeza la idea era que a la tarde iva a cambiar la cosa y con el rió un
poco mas acomodado que a la mañana las reinas de los malecones volverían
a comer.
A las 14:30 hs retornamos la pesca, y a medida que fue pasando la tarde, los
piques se fueron incrementando y las capturas de bogones hizo dibujar en el rostro
de los pescadores una sonrisa.
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