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24 Febrero
2007 Cerca de la capital. Por: Mario Siede. |
Hacía unos días seguía diversas notas periodísticas sobre la pesca de buenas bogas en la zona de Berisso y estaba con muchas ganas de hacer una buena pesca. Aprovechando que mi hermano Amado Emilio venía a Buenos Aires por motivos profesionales se me ocurrió armar un programa de pesca. Les cuento: mi familia es de Entre Ríos y siempre nos ha gustado pescar en el Paraná y otros de la zona. Cada vez que les cuento mi familia y a amigos de pesca de allá las salidas de pesca muy buenas que hago tan cerca de la Capital Federal, ellos me miran medio desconfiados y no me creen mucho. Por eso me dije: no dejo pasar esta oportunidad de llevarlo a pescar así se convence. Le propuse salir el sábado 24 y, muy confiado en la seriedad, la capacidad y profesionalismo de Héctor Hall, marcamos una salida desde la marina de Berisso. Salimos a eso de las 9 de la mañana rumbo a los malecones, dado que el cambio de mareas se daría a esa hora más o menos. Como de costumbre, en la amarra los pescadores llegaban con bastante expectativa y entusiasmo, y los preparativos de salida se notaban en todas las lanchas. Nosotros salimos con el Sr. Ricardo (que trabaja en equipo con Héctor). Yo no lo conocía y, debo decirlo, resultó ser una persona excelente, de trato amable y cordial, es un sabio conocedor de la pesca y la navegación en el Río de la Plata y se aprende mucho al estar embarcado con él. Es un verdadero “gentleman” en su barco, siempre limpio y ordenado, atento a la seguridad y a la guía. En la primera hora de pesca sacamos 4 bogas: dos Ricardo y dos yo, mi hermano nada. Ricardo se acercó y le dio algunos consejos: cambio de brazolada, punto de lanzamiento, como se presenta el pique, entre otros. Y acompañando las “movidas” de los dos, nos daba consejos de forma amable y eficiente. En las siguientes dos horas sacamos alrededor de 12 bogas entre mi hermano y yo, haciendo devolución de las pequeñas y guardando las que nos traeríamos. Después de eso seguimos pescando un rato más y conversando sobre las diferencias de las pescas en el Río de la Plata y en el Paraná, haciendo bromas y disfrutando de unos piques impresionantes de bogas de diversos portes. Un rato después del mediodía, la pesca estaba hecha, todo el mundo contento y volviendo a la tranquilidad de la amarra para encontrarse con los otros muchachos de los otros botes para hacer los comentarios, los intercambios de ideas y la evaluación de las jornada. El tamaño de las bogas? : Vean las fotos! No les cuento: mi hermano, totalmente asombrado de la pesca que habíamos hecho y confesando que, en el fondo no tenía mucha confianza sobre los resultados de la experiencia. Cuando le contaba a Carmen, su esposa, por teléfono, ella le decía: “Entonces no eran macana las fotos de la página Web?”. En fin, una pesca excelente y una jornada para repetir. A la noche, saboreando pescado fresco a la parrilla, en la casa de mi primo Julio, al que le gusta la pesca pero me cuesta sacarlo: “-Che, la próxima me engancho”, no paraba de decir cuando vio las bogas de 5 y 4 kilos que trajimos (y que él cocinó excelentemente). Es increíble la riqueza del Río de la Plata al que debemos disfrutar responsablemente, para ello nada como escuchar a los que saben: Héctor y Ricardo, sin dudas. Gracias a los dos!!! Gracias a mi hermano por compartir esta salida y que se repita. Pesque responsablemente, disfrute y devuelva!!!
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