15 de Octubre del 2007
Ultimo matungo de la temporada.
Por: Marcelo Stizza.

 

Que mejor oportunidad para ir a pescar que un fin de semana largo y sin fútbol. Es por eso que el Lunes 15 nos encontramos con nuestro guía Héctor en la Marina del Sur para concretar nuestra ultima salida de pesca en búsqueda de algún gran Berisso rezagado. Esta vez fuimos de la partida Luís, Marcelo y un grupo de tres muchachos con los cuales compartimos la lancha. El pronostico del tiempo en cuanto a viento no era muy alentador, vasto con asomar la punta de la lancha un poco mas allá de los malecones como para decidir realizar la pesca no muy lejana de la costa, aunque sabíamos de movida que si el pique se daba no iban a ser capturas de los pejes mas grandes. Y así fue, después de un tiempito que las líneas tocaran el agua los pique se fueron dando de a poco, el viento no paraba de soplar y la lancha de moverse, algunos de los chicos se descompusieron y prefirieron dormir antes que seguir pescando, lo sorprendente era ver a uno de ellos que mientras le regalaba al río lo que había comido el día anterior reojeaba las boyas para ver si se desalineaban y tenían pique, en mas de una oportunidad regalo y clavo a la vez, sorprendente. Con el correr del tiempo la pesca estaba entretenida, capturas de pejes medianos tirando a chicos, pero bastantes movedizos. Cuando Héctor vio que el viento comenzaba a calmar nos propuso movernos un poco mas adentro como para ver si podíamos lograr capturas de mayor porte, nadie se negó y emprendimos viaje. Y así fue cuando Luís tuvo su primer pique después de habernos movidos, clavada normal, poca lucha, con las tres bollas hundidas en la traída, debe de ser un pati dijo Héctor, pero no, ni bien se acerco a la lancha y se le vio la cola pedimos el copo, un matungazo, según los cálculos de Héctor antes del desove pesaría mas de 1 kilo, para mi el ultimo matungo de la temporada. Seguimos sacando unos cuantos pejes mas hasta que nos alertaron de una tormenta, eso nos hizo levantar todo, con la pesca hecha y retorno a la guardería.

Gracias Héctor y nos vemos cuando asomen las primeras bogas.

 

 
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