Llegamos a Marina del Sur, junto a mis grandes amigos: Santiago Alter, Hugo iglesias y Juan Monteverde, demasiado temprano, a las siete de la mañana, a causa de la ansiedad que teníamos por pescar los grandes de Berisso.

Si bien pesco pejerrey habitualmente en lagunas, la última vez que lo hice en el Río de la Plata, fue hace seis años y siempre en su zona norte (Punta Gorda, playa Honda, Canal del Infierno, la Depresión, fueron entre otros, alguno de los lugares por donde anduve) Por eso para mí, esta salida era un verdadero desafío (la pesca en el río, es completamente diferente a la de la laguna), y sobre todo, cuando Héctor nos propuso rumbear para las costas de Colonia. Al fin, podía conocer ese pesquero del que tantas historias sobre pejerrey gigantes me habían contado mientras gareteaba el Río de la Plata norte.

Hacia allí partimos, a eso de las nueve y media de un día radiante, con un viento sur muy leve que apenas rizaba el río. A las diez y media, con la isla San Gabriel y la ciudad de Colonia con toda su costa sur frente a nuestros ojos, empezó el lento garete y una sucesión de piques, uno tras otro, que parecía increíble (nunca vi algo así en el río!); con decir, que prácticamente probamos muy poco de lo que habíamos llevado para almorzar!  

Personalmente, noté la falta de timing resultante de tantos años sin pescar en el río, cuestión que pude sobrellevar gracias a los consejos precisos de Héctor. 

A las tres y cuarto de la tarde, pegamos la vuelta a Berisso con setenta pejerreyes, la mayoría de ellos con pesos que iban del medio, al kilo de peso.

Gracias Héctor por semejante jornada memorable, y espero pronto, una nueva.